Un pirata informático vistió al futbolista Villa de azulgrana
El timo de la estampita, el cobrador del gas o el tocomocho, son fórmulas que empiezan a parecer arcaicas. Con la irrupción de Internet se han multiplicado los intentos de fraude (spam, solicitud de nº de cuenta en correos falsos, cobro por visitar ciertas páginas sin previo aviso…).
Si se adaptaran a la época dos obras como “El Buscón” de Quevedo o “El Lazarillo de Tormes”, a buen seguro que algún personaje sería lo que hoy en día se denominan “Hackers informáticos”. La picaresca del siglo XXI se traduce a través de las nuevas tecnologías, pero las consecuencias pueden ser mucho más graves que en los relatos de ficción del siglo XVIII; actualmente un pirata informático puede llegar a convertir a otro usuario en un robot, controlando todos sus contenidos y direcciones de Internet.
Nadie está a salvo de las garras de estos nuevos personajes. La Web de Villa, Maradona o la del Osasuna C.F, son ejemplos de hasta donde puede llegar un hacker. El oceáno de la red está surcado por cada vez más “Jacks Sparrows” que se dedican a saquear a multitud de usuarios.
Stephen Glass publicó en la revista TNR (The New Republic) la existencia de un congreso de Hackers, e incluso que uno de ellos había sido contratado por una potente empresa para evitar la entrada de piratas a su sistema informático. El hecho de que a nadie le extrañara la veracidad de la información (salvo a Forbes), denota lo arraigada que empieza a estar la figura de estos malhechores virtuales.
Al menos los piratas de las películas respetaban “la ley del océano”. Los hackers violan las normas sin reparos y las empresas necesitan a anti-piratas para combatirlos . La guerra de la red ha enterrado a la del océano. La informática es el único sector donde el paro no asusta. ¿Qué quieres ser de mayor? Pirata.
Enredos desde la Buhardilla 
Posted on 21 enero 2010
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